lunes, 14 de septiembre de 2015

Mi experiencia con las Flores de Bach

A menudo, gente que se entera de que soy terapeuta floral, me preguntan por las Flores de Bach, ¿Qué son? ¿cómo actúan? Y en muchas ocasiones les digo que lo que yo les pueda decir sobre ellas es tan fantástico, que es mejor que lo miren en la red, que si se lo digo yo, me van a tomar como una pirada o que solo lo digo para vender…

Sin embargo, hace unos días, me dieron la oportunidad de explicarlo, y me di cuenta de que cuando hablaba de esta terapia, lo hacía con auténtica pasión…

La primera vez que me enteré de esta terapia, mi reacción fue como la de muchos… ¿Qué estas gotas  me van a ayudar con todo este lio de emociones que tengo encima? ¡Venga hombre! … eso no me lo creo!!!. Empecé a leer en muchas páginas de internet, sobre cada una de ellas y a ver cuáles son las que podría necesitar… el resultado fue devastador… 20 Flores distintas!!! Al buscar tanta información también sabía que no podía ponerme las 20 y que tenía que reducir, por lo que empecé a descartar aquellas que menos me importaba y me compré las 5 Flores que iban a resolver mi vida supuestamente.

Cuando empecé a tomarlas… no se, al principio no noté mucho, pero me daba cuenta de que cosas que había dejado de hacer, empezaba a hacerlas de nuevo y las disfrutaba. También recuerdo que una de las primeras cosas que noté es que no estaba tan sensible a ciertos comentarios que tan solo unos días atrás, me habían hecho llorar o montar en cólera.

Poco a poco, a veces más y a veces menos, mi vida fue cogiendo el rumbo que había abandonado hacía mucho tiempo, me sentía bien, me sentía activa, y todo ese “mogollón de sentimientos” que me habían hecho polvo mi vida, parecía que se ponían de acuerdo para volver a su justa medida. Empezaba a ser una “YO” tan diferente a la anterior e incluso a la de siempre que no me reconocía, pero lo más increíble es que, o al menos esa es la sensación que tenía, no me había costado nada.

Con el tiempo estudié más a fondo esta terapia, ya en serio, para ofrecerla a mis futuros clientes. Cada vez que las he dado, me fascina ver los cambios que se han producido en esas personas… no me creeríais si os digo que a una de ellas, 15 días después de darle la fórmula de Bach, no la reconocí por el cambio. Son fantásticas!!! La primera vez que vi a esa persona, lloraba a mares, tenía la cara desencajada del dolor emocional que sentía, parecía una persona totalmente descuidada de si misma y estaba a punto de romperse… a los quince días era irreconocible: sonreía, tenía buena cara y vino perfectamente arreglada, a pesar de lo que estaba pasando, que no era poco.

Cómo actúan, pues la verdad es que no sé muy bien cómo explicarlo…Una manera muy sencilla y que todos van a entender: es como las pastillas del colesterol, o de la tensión… ambas te regulan para que no suban demasiado, no?... Pues las Flores de Bach, tienen un poco ese efecto… regulan las emociones para que estas no te arrastren:

  • No es malo sentir mucho amor por tus hijos, pero si ese amor te impide cuidarte e impide a tus hijos hacer cualquier cosa solos, la verdad es que si es malo.
  • No es malo tampoco sentir, de vez en cuando, odio… pero si ese odio te impide ser feliz, pues también es malo.
  • Tampoco es malo ser humilde, pero si esa humildad te lleva a arrastrarte ante los demás, o no te permite creer en ti mismo, entonces si es malo.

Sin embargo, estas gotitas no son compuestos químicos, por lo que no te generan ni adicción ni tampoco efectos secundarios… al menos no los que te ponen en “las cajitas milagrosas de la farmacia”. Sus efectos secundarios, si es que los hay son siempre desintoxicantes, por lo que no te van a crear enfermedad alguna.

Y si no contienen química alguna… ¿Cómo es que curan? ¿Cuál es la explicación? Esa es la pregunta más difícil para mí de responder, porque no lo sé explicar con exactitud. A mí me gusta la explicación que me dieron en uno de los cursos de Flores de Bach: Estos frasquitos llevan la esencia de la flor, el alma, la energía, una lección que se nos ha olvidado practicar y sentir y que volvemos a recordar al tomarlas.